INMONUTRICIÓN 1 – Microbiota


La micribiota está relacionada con nuestra salud general y por eso es tan importante que haya un estado de Eubiosis (Equilibrio).

inmonutrición microbiota por elisa blázquez

Os voy a explicar qué es y cómo funciona la Microbiota en la inmonutrición


El intestino es un órgano que influye sobre el sistema inmunológico, nervioso y hormonal, así como nuestro metabolismo.
¿Por qué? en él se encuentra el mayor órgano inmunológico del cuerpo, producimos neurotrasmisores, influye sobre la cantidad de hormonas circulantes y su expresión y es el mayor organo de absorción que tenemos… Y todas estas funciones están moduladas por una vasta comunidad microbiona, llamada microbiota.

¿Qué es la microbiota?
La micribiota está relacionada con nuestra salud general y por eso es tan importante que haya un estado de Eubiosis (Equilibrio).

Cuando el equilibrio cualitativo y cuantitativo se altera en esta comunidad, decimos que existe una disbiosis intestinal y está relacionado con multitud de patologías.

¿Cómo saber si tenemos disbiosis?
No hay un único síntoma, puesto que el cansancio, el insomnio, el síndrome premestrual, dolores de cabeza, falta de concentración, problemas dermatológicos, infecciones recurrente, etc. Pueden estar relacionadas, entre otras cosas, con el desequilibrio de la microbiota.
No obstante, los problemas gastrointestinales suelen ser una señal bastante clara de que la micribiota no está bien (alteraciones en el tránsito, distensión abdominal, colicos, gases, intolerancias, etc.).

¿Cómo equilibrar la Microbiota?
No existe un único tratamiento. Modular la microbiota es complejo puesto que hablamos de un ecosistema muy diverso. No es lo mismo tener un sobrecrecimiento de Cándida albicans, que tener parásitos, que tener un déficit de bacterias protectoras. Por ello es importante analizarlo con un estudio de microbiota y acudir a un especialista para tratarlo. En el tratamiento se utilizan estrategias distintas a lo que se hace en la prevención.


Me explico, en la prevención hablamos de consumir fibras prebióticas, almidones resistentes, probióticos… en el tratamiento puede que la tolerancia a todo esto sea nefasta y por eso hay que ser mucho más específico y rigurosos para conseguir que el intestino vaya, poco a poco, tolerando todo correctamente. Habrá que hacer un plan nutricional especifico y tomar suplementos nutricionales. Todo esto tiene que ir pautado por un especialista.

¿Qué puedo hacer en la prevención?
En la prevención podemos hacer mucho para favorecer la salud de nuestra microbiota:

  • Sacar de nuestra rutina: el azúcar, harinas blancas y ultraprocesados. Comer alimentos naturales y con alta densidad nutricional.
  • Consumir vegetales a diario y masticarlos bien. Cuanta más variedad, mejor (raíces, hojas, hortalizas, etc.)
  • Aumentar el consumo de polifenoles consumiendo hierbas frescas, para ello es recomendable hacer PESTOS y machacar las hierbas con aceite de oliva virgen extra. Utilizarlos para aliñar ensaladas, arroz, carnes…
  • Asegurar un correcto tránsito intestinal. Debe ser diario. La hidratación ayuda, el consumo de grasa TAMBIÉN. El AOVE, aceite de cáñamo, el aguacate, el aceite de coco, las semillas molidas… son buenos aliados.
  • El consumo de probióticos también ayuda, el yogur, la kombucha, el miso, el chucrut (Aunque si hay disbiosis, a veces no se toleran tan bien, pero en la prevención, son fantásticos). El chocolate negro 85-90% también es un buen aliado.
  • El ayuno intermitente adaptado a cada caso también es fundamental. Y por supuesto, el correcto descanso, el control del estrés y la actividad física.